Qué hacer en la isla de Ons durante una visita

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Durante su visita a la isla de Ons, él descubrió que aquel pequeño paraíso atlántico ofrecía mucho más de lo que había imaginado. Nada más llegar al muelle, sintió cómo la brisa marina y el olor a sal marcaban el ritmo pausado del lugar. Con un mapa en la mano, decidió comenzar por los senderos señalizados, que serpenteaban entre acantilados, miradores y zonas de vegetación autóctona.

Uno de sus primeros destinos fue el Mirador de Fedorentos, desde donde contempló unas vistas impresionantes de la costa recortada y el océano abierto. Después, siguió caminando hasta el Buraco do Inferno, una impresionante sima natural que lo dejó fascinado por la fuerza del mar golpeando en su interior.

Tras completar la ruta, dedicó un tiempo a disfrutar de la playa de Melide, una de las más tranquilas de la isla. Allí, entre aguas claras y arena fina, se relajó bajo el sol mientras escuchaba el sonido constante de las olas.

Más tarde, decidió adentrarse en el pequeño núcleo de O Curro, donde probó la gastronomía local: pulpo, pescado fresco y productos sencillos pero llenos de sabor. La hospitalidad de los habitantes y el ambiente sereno le hicieron sentir que el tiempo transcurría de otra manera.

Al finalizar la jornada, comprendió que hacer en Ons y no era solo un paseo por la naturaleza, sino una experiencia completa donde el mar, los senderos y la calma se combinaban para dejar una huella imborrable.